AFRICANUS, EL HIJO DEL CÓNSUL, de Santiago Posteguillo

Sin embargo, tras esos vacilantes inicios la historia empieza a ganar ritmo, los personajes empiezan a definirse y la Roma de la república cobra vida ante tus ojos a medida que Aníbal se acerca a los Alpes con sus elefantes, sus soldados africanos, su caballería númida y sus mercenarios iberos, galos y (muy importante) sus honderos baleares. Pronto te queda claro que el autor no piensa andarse por las ramas durante mucho tiempo y ataca el núcleo de la narración desde todos los ángulos: Las maniobras políticas de los senadores que quieren aprovechar la guerra para aumentar su poder, las brillantes estrategias militares de unos y los errores desastrosos de otros, con la interesante nota de color que aporta el pobre Tito Macio, un pobre hombre al que todo parece salirle mal, pero al que le espera un futuro sorprendente.
El hijo del cónsul, pese a su arranque un poco flojo, acaba siendo una novela más que notable, sobretodo teniendo en cuenta que es la ópera prima del autor y, los más importante, cuando termina te deja entusiasmado y con ganas de más, con lo cual me alegro de haber tenido la segunda parte y haber podido empezarla nada más cerrar la última página de esta.
Veredicto: 8, puede verse a este escritor novel mejorar a cada página y te deja con la promesa de más y mejor.
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