EL CONDE BELISARIO, de Robert Graves

Robert Graves es uno de los más celebrados casos de historiador metido a novelista. En esta novela, nos cuenta las azañas de Belisario, un general que sirvió al Imperio Romano de Oriente en el siglo VI, bajo el gobierno de Justiniano. Éste último era tan ambicioso cómo mezquino, y quería pasar a la posteridad cómo Justiniano el Grande. Para ello consideraba que debía entre otras cosas, extender los territorios del Imperio con grandes conquistas. Sin embargo era un pusilánime, incapaz de tomar una decisión firme, y no era capaz de dar un paso sin consultar a multitud de consejeros, que a menudo lo aconsejaban mal. Fue así cómo decidió que debía reconquistar las tierras que habían pertenecido al Imperio y mandó tropas a tal efecto pero sin decidirse a gastar el dinero necesario ni a enviar suficientes tropas para tal efecto. Por fortuna o por desgracia, este necio Emperador tuvo al mejor de los generales. 

Belisario había despuntado desde joven derrotando primero a los incursores hunos al norte del Imperio y luego a los Persas al este. Cambió por completo la configuración del ejército Romano, que siempre había confiado en su disciplinada infantería, para dar prioridad a la caballería, combinando tácticas aprendidas de los enemigos del Imperio. Su regimiento personal, tropas escogidas y entrenadas persoalmente por Belisario, realizó azañas comparables a las que se atribuyen al rey Arturo (qué posiblemente sólo fue un reyezuelo de poca importancia que vivió en su mismo siglo). Graves nos cuenta su historia con una claridad de exposición propia de un libro de texto, siempre dándo por hecho que el lector no tiene porqué conocer los hechos históricos que se relatan, que son rigurosamente ciertos y sobre los que se documentó perfectamente, cómo en todas sus novelas. ¿Os estoy aburriendo? Pues yo disfruté de lo lindo con la clase de historia. Graves hace pocas concesiones, nunca se va por las ramas si no va a ser estrictamente necesario para la mejor comprensión de la narración. Pinta con unas pocas pinceladas un retrado asombrosamente vívido de las muy variadas culturas con las que Belisario tuvo que guerrear y aliarse, y le sobra tiempo para dejarnos ver todos los tejemanejes de la corte, la influencia política enorme de las facciones del Hipódromo y influencia que Teodora y Antonina (las esposas del Emperador y Belisario, viejas amigas) llegaron a tener en todo el Imperio. Podría seguir así páginas y páginas, puesto que la novela me ha entusiasmado tanto que disfrutaría extendiéndome en su comentario. Una parte de mi se da cuenta de que esta no es una novela que se pueda recomendar a cualquiera, a pesar de sus muchas batallasno acaba de ser una novela de aventuras sino una narración detallada de lo que ocurrió a sus protagonistas (no sólo a Belisario, sino también a Antonina qué es también un personaje memorable). Aun así si todo lo que he mencionado más arriba os parece aunque sólo sea remotamente interesante esta os parecerá una novela apasionante.

Veredicto: 9 Ya quisiera el Rey Arturo estar a la altura del conde Belisario.