CONTAGIO, de Steven Soderbergh‏

No soy un gran fan de Steven Soderbergh. ha hecho un par de películas que me gustaron en su día, pero ninguna que me entusiasme. Porqué fui a ver entonces esta película? Desde luego no fue por el trailer. La perspectiva de ver la enésima película que nos narra cómo un virus particularmente letal causa estragos en el mundo entero no me llenaba precisamente de entusiasmo. Sin embargo quería ira al cine y entre los estrenos de la semana "Contagio" parecía ser la que había cosechado mejores críticas. Porque Soderbergh tiene sobretodo dos habilidades. La de rodearse de estrellas, y la de conseguir que la crítica lo defienda a capa y espada. Directores mucho mejores que él, cómo Spielberg, Scorcesse o Woody Allen son atacados sin piedad por la crítica cada vez que hacen una película ligeramente inferior a su media, en cambio a un director cómo Soderbergh, que no es el favorito de nadie, parece que si que es suficientemente incomprendido cómo para que la crítica se empeñe en buscarle méritos que no tiene. 
Sí que pude leer: 
"Con tensión latente y algunas memorables interpretaciones de un reparto estelar, esta es una enfermedad en forma de thriller de Soderbergh que merece la pena pillar." (Todd McCarthy: Variety)
Y también:
"Un thriller inteligente y terrorífico (...) tan implacablemente eficaz como la enfermedad de su frío y helado corazón." (Manohla Dargis: The New York Times)
O esto: 
"Soderbergh infecta la Mostra del mejor cine. (...) Es tan efectiva -sin concesiones- como la peste bubónica del pasado. (...) El terror se mastica en cada fotograma como algo perfectamente real." (Luis Martínez: Diario El Mundo)
Y estoy seguro de que todo eso era lo que el director pretendía conseguir. La idea no era mala: Huir del modelo Hollywoodiense del apocalipsis vírico para filmar una historia más cercana, con un tono casi documental, mostrando el funcionamiento de los protocolos del Centro de Control de Enfermedades y la Organización Mundial de la Salud en caso de pandemia. A todos nos resulta familiar, porque lo hemos tenido en los telediarios con la gripe aviar y la gripe A. Esa familiaridad debería en efecto convertirlo en algo más terrorífico, pero consigue el efecto contrario. Nos hablan de un virus que mata millones, pero la frialdad de la cinta hace que no parezca más grave que si matara sólo a docenas. Actores más que solventes nos dan unas actuaciones tan contenidas que se pasan de frenada y dan la impresión de que no ocurre nada que no sea totalmente cotidiano para ellos. El día del juicio final parece un día más el el trabajo de Kate Winslet, Marion Cotillard y Lawrence Fishbourne.
Sólo una de las muchas tramas que se cruzan en la película logró realmente mantener mi interés. Jude Law interpreta a un periodista "freelance" que desde su blog hace llegar a millones sus teorías de la conspiración, agravando el pánico ya existente. Su personaje recuerda a aquel otro periodista memorable que interpretara en "Camino a la perdición" y plantea el problema que resulta de la falta de credibilidad actual de los medios de comunicación principales que hace que cualquiera por internet pueda resultar igual de creíble, por disparatadas que sean sus opiniones. La mejor escena de la cinta es el debate televisado entre este personaje y el de Fishbourne, que diciendo la verdad no logra parecer tan creíble cómo Law inventándoselo todo.

Veredicto: 6 Formalmente correcta, pero tan desapasionada que no logra transmitir la magnitud del desastre que narra.

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