EL HOMBRE QUE FUE JUEVES, de G. K. Chesterton

G.K.Chesterton es recordado principalmente por sus novelas del Padre Brown, historias detectivescas del estilo de las de Sherlock Holmes o las de Agatha Christie. Sin embargo, escribió con asiduidad ensayos sobre política y textos religiosos (se convirtió al catolicismo y cómo muchos conversos parecía querer ser más católico que el Papa). "El hombre qué fue Jueves" es una mezcla de las tres cosas, y tal vez no llega a ser ninguna. El propio Chesterton dijo que la forma de este relato era el de uno de sus reltatos de misterio, siendo el suspense y los giros sorprendentes parte importante, sin embargo, no es una novela fácil de etiquetar y en su esencia se podría decir que tiene muy poco en común con cualquier otra novela de misterio. Cuando os digo que no se sabe muy bien a qué género pertenece ya os podéis imaginar que este es un libro raro. Eso puede perfectamente desconcertar al lector y alejarlo, peor a la vez es la su mayor logro. La novela trancurre en parte en Londres y en parte en el norte de Francia, y se mencionan multitud de calles y lugares reales y reconocibles, peor a la vez toda la novela tiene un aire onírico, metafísico incluso, que hacen que no puedas terminar nunca de situarte, muchas escenas rozan lo inverosimil de tal manera que imaginas a los personajes y escenarios envueltos en una especie de bruma que los difumina en los bordes. La referencias a la política de su época (1910), las discusiones sobre la esencia del anarquismo, los personajes esperpénticos y el trasfondo religioso terminan de dejarte descolocado preguntándote qué pasará en la siguiente página. Es una novela difícil de recomendar, por lo extraña, pero sin embargo voy a atreverme a recomendarla, anque sólo sea porque no se parece a nada, merece la pena leerla.

Veredicto: 8.5 No todos los días encuentra uno una novela que no se parezca a ninguna otra.