I SPEAK EVIL

Todo lo bueno se acaba. El séquito había conseguido mantener un nivel estupendo durante siete años consecutivos, siendo una de las mejores series que nos dejaba el verano. Con esta octava temporada la serie llegaba a su final, no porque las audiencias hayan caído, sino porque los creadores habían decidido llevarla a su conclusión, cómo debe ser. La pregunta, claro, era si lograrían darle un final a la altura. Y lo cierto es que tras los primeros episodios empecé a dudar de que lo consiguieran. La anterior temporada había concluido con el protagonista y todo su "séquito" de amigos y compañeros al borde del desastre. No sólo la carrera de actor de Vincent Chase estaba a punto de derrumbarse, todo el plantel de secundarios que le rodean tenían sus propios problemas. toda una multitud de tramas y subtramas tenía que resolverse en una temporada que para más inri iba a contar con sólo ocho capítulo en lugar de los trece habituales. A menos de media hora por capítulo nos da menos ...

No soy un gran fan de Steven Soderbergh. ha hecho un par de películas que me gustaron en su día, pero ninguna que me entusiasme. Porqué fui a ver entonces esta película? Desde luego no fue por el trailer. La perspectiva de ver la enésima película que nos narra cómo un virus particularmente letal causa estragos en el mundo entero no me llenaba precisamente de entusiasmo. Sin embargo quería ira al cine y entre los estrenos de la semana "Contagio" parecía ser la que había cosechado mejores críticas. Porque Soderbergh tiene sobretodo dos habilidades. La de rodearse de estrellas, y la de conseguir que la crítica lo defienda a capa y espada. Directores mucho mejores que él, cómo Spielberg, Scorcesse o Woody Allen son atacados sin piedad por la crítica cada vez que hacen una película ligeramente inferior a su media, en cambio a un director cómo Soderbergh, que no es el favorito de nadie, parece que si que es suficientemente incomprendido cómo para que la crítica se empeñe en busca...

True Blood ha ido perdiendo adeptos con cada temporada. No se trata de que los personajes principales sean unos sosos, porque los secundarios cada vez les roban más protagonismo y tienen carisma de sobra para llevar el peso de la serie. Incluso Bill Compton resulta algo menos insulso en su nueva posición de autoridad. Tampoco es el mejunje disparatado de hadas, brujas, vampiros, hombres lobo y demás cambiaformas. En el fondo eso podría tener su gracia si el conjunto no pareciera tan inconexo. Incluso la trama bruja fantasma que busca venganza contra los vampiros, por poco original que fuera, ha tenido sus momentos. Ni siquiera es la creciente inclusión de "fan service" para todos sexos y orientaciones sexuales. Al menos eso me ha dejado la agradable imagen de Jessica disfrazada de Caperucita Roja sexy. Sin embargo, aunque sigo viendo la serie queriendo que me guste, algo falla. Demasiadas subtramas se resuelven de sopetón, sin que nadie parezca afectado por ello. Otras se a...

Al final de la sexta temporada uno de los protagonistas (no diré cual por si no la habéis visto) acababa en la cárcel. Al empezar la séptima han pasado tres años y dicho personaje sale de prisión. Por supuesto no ha aprendido nada de su estancia en la sombra y nada más salir vuelve a las andadas con lo único que sabe hacer: traficar con marihuana. Y su familia, que se había encontrado profesiones honradas, no tarda en recaer, sin venir mucho a cuento de nada. "Weeds" ya había jugado varias veces la carta del cambio radical de escenario y lo había hecho con éxito, pero en esta ocasión un nuevo cambio, esta vez a Nueva York, no aporta nada nuevo. También el esquema argumental resulta familiar. Personajes estrambóticos, problemas con la ley, con la competencia y con la familia. Lo único nuevo es que la crisis ha llegado también a Weeds y en la trama se verá envuelta una firma de inversores que infringen la ley y mienten sobre sus beneficios. Este último es un tema que podría h...